Última llamada
Tal vez no sea una casualidad que muchos hayan empezado a comparar a los talibanes de Afganistán con los taliPANes mexicanos, aunque hay diferencias.
En su origen los afganos lucharon por la libertad, pelearon contra los invasores rusos, lograron expulsarlos. Se volvieron dogmáticos, fanáticos, misóginos y homofóbicos y produjeron mucho sufrimiento, especialmente a las mujeres. Posteriormente fueron depuestos por los aliados que los apoyaron para luchar contra el imperio, para terminar cayendo y dejando el territorio en manos de otro imperio, que los quitó no por sus vicios, sino porque le convenía hacerlo.
Los taliPANes mexicanos nunca lucharon por la libertad y cuando finalmente derrotaron a sus contrincantes con la ayuda del imperio ejercieron su gobierno dogmáticamente y fueron radicalizando su misoginia, homofobia, hasta terminar encarcelando a mujeres que ejercían la libertad sobre su cuerpo.
Cierto que mientras unos son islámicos otros son católicos, lo que muestra que aún con una religión distinta las fuerzas de la radicalidad los inclina hacia acciones e infamias similares.
Los taliPANes tomaron las armas hace mucho tiempo y fueron derrotados, llegaron al poder con apoyo externo, al grado que cuando este terminó volvieron a su enanismo inicial. Los talibanes supieron reagruparse para expulsar al nuevo imperio.
Talibanes y taliPANes atentan contra la democracia, lo de ellos es cumplir con el dogma y las ansias de poder; en Afganistán salieron y volvieron a entrar por medio de una guerra prolongada que fracasó y han reconquistado el poder, en México salieron debido a su guerra prolongada y no parece verse en el horizonte que puedan recuperar el poder.
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