Diario de un reportero
Miguel Molina
No hay que olvidar que en marzo hubo una reunión en la embajada de Estados Unidos en México, donde diplomáticos de Canadá, Francia, Alemania, Gran Bretaña, los Países Bajos e Italia expresaron su preocupación por la política energética del gobierno, que busca otorgar al Estado un papel más relevante en el sector.
La agencia Reuters publicó parte de la historia de ese encuentro, convocado por la embajada de Estados Unidos, que desde entonces veía con preocupación las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el tema: el presidente había dicho que "la liberalización del mercado y la privatización de otras industrias en el pasado" hicieron más profundas la desigualdad crónica y la corrupción sin producir beneficios para el país, y anunció que haría una reforma profunda para favorecer a los mexicanos en vez de enriquecer a las empresas extranjeras.
Según las fuentes de Reuters, que conservaron el anonimato, los diplomáticos no lograron un acuerdo para comunicar sus quejas a López Obrador "para que no se sienta que lo están presionando y termine adoptando un lenguaje más radical". Tal vez por eso filtraron o dejaron que se filtraran a los medios detalles de la reunión, y México ya se enteró aunque nadie le hubiera dicho nada.
La segunda reforma
A fin de cuentas, la reforma aquella pasó el voto legislativo pero no resistió el escrutinio judicial y murió de muerte legal. Hubo que hacer otra propuesta, que recibió el Congreso el último día de septiembre. Y mientras los legisladores hacen pactos y acuerdos, otros – el Fondo Monetario Internacional, la calificadora de crédito Moody's, grupos empresariales nacionales y extranjeros, por ejemplo y por supuesto – han seguido haciendo declaraciones sobre los riesgos que la reforma representa para el capital privado.
Lo más memorable de toda esta vaina es que quienes se habían beneficiado con la reforma de Enrique Peña Nieto no van a ganar tanto con la reforma de López Obrador. Tanto es la palabra: seguirán ganando, aunque será menos. Pero vale la pena leer el texto de la reforma fallida (yo dejé de buscar el texto de la nueva reforma después de media hora de dar vueltas por los rincones legales de la internet) para entender lo que pasó, lo que está pasando y lo que puede pasar.
Va a pasar mucho dentro de poco: además de lo que significa esta reforma en materia de política energética – dentro y fuera de México –, el proceso de negociación puede marcar el final del PRI como partido político serio, y el fracaso de una alianza de oposición cuyos integrantes olvidaron de dónde venían y nunca supieron a dónde iban, ni cómo llegar allá. Y eso no es poca cosa.
Tarde o temprano se sabrá en qué termina este gobierno, y cuál será el destino del movimiento que lo llevó al poder. Tal vez alcancemos a ver la caída o el triunfo de la Cuarta Transformación. Pero me dan vueltas en la cabeza las palabras de Herman Hesse en la voz de Demian: El ave lucha para salir del huevo. El huevo es el mundo. Quien vaya a nacer debe destruir un mundo. Y no sé si me
da gusto o me preocupa, porque eso pasó en la Independencia, en la Reforma y en la Revolución. Por eso no hay que olvidar.
Desde el balcón
Todavía pensaba en el jardín lleno de belleza y de luz que descubrimos a la orilla del lago Thun. Ese día caminamos sin prisa entre tanto color y tanto aroma, y terminamos sentados por ahí para tomar algo en lo que abrían el castillo que habíamos ido a ver. Y entonces, de entre las nubes y la llovizna que iba y venía, del otro lado del lago, bajo un sol nuevo, apareció el Pico de Stockhorn. Ferdinand Hodler pintó esa montaña varias veces tal vez mientras esperaba – como uno – a que se abrieran las puertas del castillo. No recuerdo si alcé entonces la pluma a falta de copa para repetir el chiste de que también desde ahí se veía el Mont Blanc.
En eso pensaba mientras amanecía el martes, de pie frente a los vidrios fríisimos del balcón, y – a falta de copa a esa hora – brindé en lo oscuro con el recuerdo de aquella mañana luminosa frente a la montaña en memoria de mi amigo Hilario Ruiz Zurita, que murió el lunes del otro lado del mundo.
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