Puros cuentos
Pericles
Moshe se levanto’ temprano,puso unos bagels en el tostador y se puso a leer el periódico mientras se calentaba el agua. La primera noticia que ve,es que habían robado la joyería La Perla en el centro de la ciudad. Impactado,Moshe termina de preparar su café y al primer sorbo,se quemó la lengua. Por lo que grita algo en Yiddish que nadie entendió. El grito álgido despertó a Sarita que momentos después,aparece en la cocina con su bata y pantuflas de siempre. Al ver a Moshe después de 50 años de casados,Sarita lo lee inmediatamente y dice: “Que pasó Moshe” prácticamente afirmando. Moshe cabizbajo y leyendo el resto del artículo sobre el atraco,se levanta y con un gesto manual dirige la vista de Sarita hacía el periódico. Sarita,toma el periódico con sus pequeñas manos y al leerlo,exclama algo también en Yiddish que nada más ellos entendieron. Y mientras Moshe no podía creer lo que había pasado,Sarita adivinando acertadamente lo que debe pasar,logra traer el teléfono también de siempre,a la cocina después de desenredar el cordón de las patas de la mesa del comedor. En eso, Sarita grita: “los bagels!!” mientras ya se estaban quemando. Y en lo que ella apagaba el siniestro,Moshe marca un teléfono de 10 dígitos de memoria. Memoria que le falló,por lo que cansadamente se levanta de la mesita de la cocina y en silencio regresa con una pequeña libreta con forro de cuero negro y usado. Moshe se sienta ,con el mismo cansancio y exhalación pesimista ,en su sitio favorito del desayunador y empieza a marcar los números apuntados en la hoja ya amarilla de la eterna libreta. De fondo se oye a Sarita decir: “quieres comer otra cosa?” Lo que el silencio le da la respuesta. Moshe marcó y después de rato cuelga sin respuesta. Moshe nada mas dice: “no contestan”. Sarita: “marca de nuevo”. Por lo que el autómata de Moshe obedece y finalmente le contestan. Moshe casi susurrando dice: “Eres tú ?,Ari?” Ari tambien entre susurros y gritando dice: “Que te pasa Moshe no ves que es Shabbos?” medio escondiéndose en un closet. “No,aquí todos están dormidos” dice Ari, todavía sin entender porque le estaba hablando su hermano. Moshe todavía tenebroso,dice: “Ya leíste el periódico de hoy?” “No Moshe,no!!” dice Ari irritado. “Robaron La Perla” termina Moshe ya totalmente compungido. Ari,hizo un largo silencio y cuelga. Moshe también lo hace y oye de Sarita: “Que dijo” otra vez y como una adivinadora,afirmando. “Que es Shabbos” “Y ahora que vamos hacer?” dice Sarita con frustración. “Nada” “Esperar a que nos hablen mañana” dice Moshe resignado. Horas después,suena el teléfono insistentemente por todo el pequeño apartamento de los Rubenstein y Sarita dice: “Moshe!,Moshe! el teléfono!!!” mientras estaba en el baño. Sarita deja de oír el sonido del teléfono soñar y al salir,le pregunta a Moshe: “Quien habló?” “No sé “ “No conteste’” dice Moshe. Moshe al sentir la mirada candente de Sarita,dice obligadamente: “Es Shabbos” Sarita ya con frustración en su voz, reprende: “Pero Moshe,no ves que es una emergencia?” A lo que Moshe inmediatamente responde: “Si,pero no de vida o muerte” Sarita rebate: “Claro que es de vida o muerte” “de muerte económica!!” Por lo que Moshe,sintiendo la elocuencia femenina,toma de nuevo el teléfono y le vuelve hablar a su hermano. Ari entendiendo perfectamente la lógica semita,le habla a la policía. El comandante Sánchez en conversación con Ari,dice: “Así es Sr Rubenstain,ya le habíamos hablado a su hermano pero no contestó “ Ari corrige: “Es Rubenstein,no Rubenstain!” irritado de que por siempre tenía que hacer la misma corrección. Sánchez continúa sin reacción: “Por lo que mis hombres ya están en la escena del robo” Y agrega la pregunta: “pero no cree que sería mejor,que nos encontremos usted y su hermano en la joyería para cuantificar lo robado en forma más precisa?” Ari rápidamente contesta: “No podemos !” levantando la voz. Sorprendido ,Sánchez guarda silencio y Ari lo llena diciendo: “es Shabbos !!” Sánchez ,todavía sin entender cuelga el teléfono y se rasca la cabeza. Los hermanos Rubenstein terminaron hablando con el rabino después de los servicios y explicándole lo de las llamadas por teléfono y el dilema de acudir a la joyería por recomendación del comandante Sánchez. A lo que el rabino Goldberg les resolvió : “tomen un Uber” Los hermanos se regresaron a sus respectivos apartamentos,de la misma forma que llegaron a la Sinagoga,caminando. Ari se cambio’ de dentadura y Moshe,después de tomarse múltiples pastillas para todas sus enfermedades reales e imaginarias,se cambió de zapatos ortopédicos y le dice a Sarita: “vienes?” Sarita , ya acostada en el sofá responde: “Ve con Ari,que a mi ya se me hincharon los pies de tanto caminar y subir escaleras”. Por la distancia y tráfico,el Uber tardó en llegar a la escena del crimen. Por ser sábado,el centro estaba lleno de gente por lo que la policía tuvo que acordonar el área. Al verlos llegar,el comandante aunque nunca los había conocido,los reconoció inmediatamente. Sin embargo,queriendo confirmar dice: “Los hermanos Rubenstain?” A lo que Ari se ruboriza y se detiene en aclarar, para así despistar a los curiosos que ya rodeaban lo acordonado de la entrada a la joyería. Moshe se coloca sus bifocales que traía colgados en el cuello y se pone a revisar junto con Ari,vitrina por vitrina y estante por estante y constatar lo faltante. Para entonces,los carpinteros cubrían los espacios que recientemente eran aparadores que daban a la banqueta y Moshe pensó : “de seguro les hablo’ Sarita”. Al regresar a su apartamento y después de haber firmado junto con su hermano la parte policial,Moshe se quita sus ortopédicos a la entrada y se dirige a despertar a Sarita, que se había quedado dormida en el sofá. En cuanto abre los ojos,pregunta: “llegaron los carpinteros?” Moshe responde asintiendo con un movimiento de cabeza ,mientras se sentaba en el sillón enseguida del sofá. Sarita todavía despertándose,vuelve a preguntar: “perdimos mucho?” Moshe da su parte: “No tanto,quebraron algunas vitrinas y estantes,lo mismo que los aparadores para que pudieran entrar y la caja fuerte no la tocaron” diciéndolo con su resignación de siempre. A lo que Sarita formula la última pregunta: “Y no vas a llenar los papeles del seguro?” Moshe responde: “para que’ , si fue’ pura joyería de fantasía lo que se llevaron “ ya con enfado. A lo que Sarita ya con un brillo en sus ojitos dijo con perfecta nitidez: “Si,pero ellos no lo saben” Feliz R.
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