¿Por qué sigue siendo tan importante la camarilla del presidente Luis Echeverría Álvarez en el sistema político mexicano? Desde que inició la modernización neoliberal de nuestro país, los miembros del echeverrismo se han manifestado como un proyecto político independiente que ha hecho presencia, a favor y en contra, desde el sexenio delamadridista hasta el actual gobierno. Carlos Salinas de Gortari señaló al echeverrismo como la parte más reacia y lóbrega a la transformación del sistema político mexicano: la Nomenklatura.
El Echeverrismo representa a la perfección la diarquía entre la Familia Revolucionaria y la Extrema Derecha en el sistema político mexicano. Si bien Carlos Fuentes afirmaba que era preferible el apoyo a Luis Echeverría Álvarez en lugar del Fascismo, esta nomenklatura tiene los métodos más violentos del control político, el sexenio de LEA muestra la elevada capacitación asesina que puede tener un agente de la inteligencia norteamericana llevado a la presidencia de la república.
El final de 1968 era un tiempo importante para la sucesión presidencial del sexenio 1964-1970, al interior de la Familia Revolucionaria se daba una lucha sin cuartel por ocupar posiciones de poder, Díaz Ordaz contemplaba en el país una operación comunista donde estaban involucrados las grandes centrales de inteligencia de Rusia y los Estados Unidos, así como viejas células políticas de socialistas latinoamericanos. A su paso por la Secretaría de Gobernación, antes de ser Presidente, Díaz Ordaz se caracterizó por ser un jefe de línea dura, su objetivo siempre fue cumplir con el sistema, con el Estado; quizá, estos antecedentes le hicieron sentir una exagerada peligrosidad de las manifestaciones juveniles.
Hay distintas versiones sobre lo ocurrido el dos de octubre de 1968 desde las distintas posiciones de intelectuales y protagonistas. La mayor parte señala el autoritarismo manifiesto de Díaz Ordaz como la causa principal, los pocos señalan a los estudiantes como los responsables, pero otra señala también que el movimiento estudiantil pudo haber sido manipulado para obtener beneficios en la sucesión presidencial.
Para esta tendencia es el Secretario de Gobernación quien toma en los momentos críticos del conflicto decisiones rígidas, las cuales no aclaraban el panorama del Presidente, al contrario, lo deploraban. Díaz Ordaz supo, poco tiempo antes de los tristes acontecimientos de Tlatelolco, gran parte de la verdad y encontró en el cruzamiento de la información que él mismo realizó, muestras claras de la mediatización del movimiento en la lucha sin piedad por la presidencia.
Es la lealtad de Echeverría al circulo negro del sistema lo que sorprende a la Familia Revolucionaria, demostrando que era capaz de todo y logrando que con ello se le eligiera como sucesor. Echeverría supo utilizar los controles, la confidencia de la estructura priísta y llegó hasta la luminosidad del poder. Se consideró a Echeverría como el único y pleno responsable de la matanza estudiantil, ya que propició todo ese ambiente social y político para verse favorecido política y publicitariamente durante la sucesión presidencial.
El Echeverrismo no es un modelo económico sino un estilo de gobernar: el populismo gelatina. A esa capacidad de adaptación, de tomar cualquier forma para permanecer en el poder, se debe no sólo la sobrevivencia de esta camarilla sino incluso la reproducción. Porfirio Muñoz Ledo y Emilio Gamboa Patrón son ejemplos de ese pragmatismo político, la situación es más aterradora cuando se observa el lado militar, académico, religioso y social del grupo: MURO, Halcones, Compañera Esther, Emilio Uranga, Paramilitares, Jesuitas Progresistas, Batallón Olimpia, CIA. Hijos de Puta.
La Tecnocracia, el sector empresarial, la Izquierda y el PAN, trataron de hacer pactos con esta camarilla para garantizar, ellos sí, un modelo económico para garantizar la transformación y el despertar de la modernidad en el país. Con todos estuvo el Echeverrismo y a todos los traicionó. En los magnicidios de las últimas épocas, el triangulo CIA-Ultraderecha-Nomenklatura es útil para explicarlo todo.
La 4T cada día es más echeverrista y menos competente. El crecimiento económico, la modernización, el liberalismo político y la democracia se están ahogando. Aún cuando se pueda estar de acuerdo con que es necesario el Estado Benefactor en México, vestir al príncipe con sus atuendos, también es cierto que ninguna estrategia económica soporta la política de la perversión. La década de crecimiento cero es más producto de un estilo político que de una política económica.
Aunque LEA tuvo algunos aciertos en el empoderamiento económico del Estado, la subordinación a la Familia Patrimonialista Revolucionaria, es lo que generó la crisis económica permanente y el contagio del fracaso a los siguientes modelos. El Echeverrismo es el Santanismo del siglo XIX. Aún cuando Roderic Ai Camp habla de una renovación de las élites del poder en México, esto no ha sucedido, el Eje Revolucionarios-UNAM-ITESM sigue siendo el mismo. No se ha generado ninguna ruptura que permita la sustitución de la Familia Patrimonialista Revolucionaria.
No se visualizan rupturas históricas en la 4T. Como en el caso de Porfirio Muñoz Ledo, sólo sigue siendo retórica. Liberalismo, Consolidación Democrática, Desarrollo, Estado Laico, Bienestar Social, Soberanía, etc., son sólo palabras del Seductor de la Patria.