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Frutos podridos

Divagaciones de la Manzana

Hay una frase bíblica que es legendaria e infalible: “por sus frutos los conoceréis”, y que ahora la tenemos de nueva cuenta muy presente.

Se trata de los videos que han circulado por todos los medios de comunicación, tanto los que ha propiciado López Obrador para desnudar la presunta corrupción de gobiernos anteriores, como el que evidencia las mismas prácticas, en el caso de su hermano Pío recibiendo dinero de un operador político en Chiapas.

En uno y otro video las escenas muestran claramente, el manejo de paquetes de dinero, en ambos casos de carácter ilegal, aunque los implicados en estas transacciones lo nieguen o quieran artificiosamente justificarlo.

Por lo que toca al primero que se filtró, donde aparecen personeros de exsenadores del PAN contando con afanosa avaricia billete a billete, no se ha dado todavía una explicación de quién entrega esas cantidades enormes de dinero y con qué finalidad, si bien comprueban actos flagrantes de corrupción. Hasta ahora, permanecen también en los terrenos resbalosos de la impunidad, máxime que no cumplieron con la secresía requerida para efectos comprobatorios dentro de un proceso judicial contra quien resultara responsable.

Al poco tiempo de que aparecieron estos videos, surgió otro que en principio parece ser un contraataque a López Obrador, pues de entrada lo mancha y pone en duda su reiterada autodenominación de qué es un gobernante honesto, resultando al menos pedestres sus explicaciones al respecto.

Pero lo importante será investigar y presentar a los responsables ante la ley para ser procesados y recibir el castigo o penalidad que corresponde, más allá de la guerra mediática que sostienen facciones que se disputan y luchan por el poder político y económico e imponernos su proyecto, ideario o ideología, así como ambiciones personales y de grupo.

Lo peor, sería que la sociedad no gane en términos de transparencia, democracia, justicia, instituciones sólidas.

Por eso, nuestra exigencia debe orientarse a la aplicación de la ley e inmunizarnos frente a todo tipo de engaños, truculencias, visiones parciales y justificaciones ridículas e inadmisibles, vengan de donde vengan, ya se trate de diputados, senadores o gobernadores y desde luego del propio presidente de la República.

Todos, todas, vamos entonces contra la corrupción e impunidad, de unos y otros, que tanto se parecen aunque proclamen ser diferentes.

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