“Siempre que los judíos gozaron la más modesta medida de libertad en medio de una sociedad gentil cuya cultura encontraron atractiva, experimentaron un gran crecimiento cultural, tanto en el conocimiento judío como en muchos de los campos en los que sus vecinos tenían excelencia” (Raphael Patai, The Jewish Mind).
La libertad es un elemento fundamental para el crecimiento de la mente y sus resultados, entre los que se encuentran la ciencia y la cultura. En base a la libertad se puede entender el sorprendente crecimiento científico y cultural en Israel y su falta explica el gran atraso de sus vecinos.
La libertad explica el crecimiento de Holanda en el siglo XVIII-XIX y su falta el atraso de España y sus colonias.
Las sociedades acostumbradas a vivir libremente saben ejercer sus derechos, saben quejarse, saben limitar los excesos de sus gobernantes, en cambio las otras sociedades se acostumbran a bajar la cerviz, a ser sometidos y a temer los excesos del poder.
La libertad es el factor democrático por excelencia, es lo que tratan de derrotar los criminales, los gobiernos que creen en opciones militares y de fuerza ante las visiones libertarias y liberadoras de la sociedad.
El gran reto de nuestro tiempo es proteger y ampliar las libertades y no permitir que sean restringidas. Bien lo decía Bakunin, la libertad no se puede parcelar, la hay o no la hay, cuándo se limita la libertad se asesina a la democracia y con ella a la ciencia y la cultura.