Debemos entender que cuando se hace un comentario en algún “post” se trata de una respuesta emocional que sucede en ese momento en forma de “like”. De esta manera, nos encontramos con imágenes racistas, inapropiadas, y antisociales que son aceptadas.
El análisis de las opiniones en la red se convierte en una trampa. La misma persona que esta en contra de los mexicanos puede ser mexicano. Una persona que esta a favor de una religión, puede ser atea. La publicación de “creencias” políticas se toman como hechos reales. Debido a que cualquiera puede comentar lo que sea sin retribuciones o sin necesidad de pedir disculpas, o sin necesidad de pedir perdón, lleva del análisis a la frustración.
El derecho de opinar, sin embargo, sólo pertenece a los que no tienen un puesto. Si un periodista hace comentarios “trol”, no es aceptado. Sólo tenemos que recordar lo que le pasó a Nicolás Alvarado cuando publico lo siguiente sobre Juan Gabriel:
“(…)como uno de los letristas más torpes y chambones en la historia de la música popular, todo sintáxis forzada, prosodia torturada y figuras de estilo que oscilan entre el lugar común y el absurdo. (…) me irritan sus lentejuelas no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental, su sintáxis no por poco literaria sino por iletrada” (Firmas/Milenio.com 30/08/16)
Se puede defender a Alvarado bajo la bandera de “libre expresión” o “periodismo” pero su opinión, por su contenido y forma, imita a la de un “trol”. Su respuesta a la muerte de Juan Gabriel fue una respuesta emocional. Sólo que en esta ocasión la publicó desde un lugar de autoridad, director de la TV UNAM y desde un puesto político/académico. Si sus comentarios fueran dentro de un “tuiter” o del “facebook” personal, no hubiera tenido que renunciar. Su opinión es válida siempre y cuando tenga detrás un puesto universitario.
Es irónico que sus comentario emocionales fueron los que provocaron otros comentarios emocionales en diferentes redes sociales donde los “trolls” (invisibles personas viviendo en un lugar común y posiblemente iletradas) fueron los que lograron su renuncia.
Los comentarios que atacan en la red son cada vez más aceptados. En Reddit.com existen partes donde se dedican a burlarse de personas con problemas de peso. Se publican fotos en lugares comunes y corrientes con el sólo fin de burlarse de ellas.
Debemos entender que las personas que opinan, critican, o abusan la libre expresión no son hombres solitarios que viven en un sótano. Los trolls pueden ser doctores, abogados, padres de familia, maestros/as, como lo descubrió Jessica Moreno, una usuaria de Reddit que investigo a los usuarios mas terribles. Las victimas de las redes sociales son por lo general mujeres, minorías étnicas o religiosas, los homosexuales, y cualquiera que no pertenezca a lo que se considera “normal.” En este sentido, normal significa hombre de piel blanca.
De esta manera el miedo a convertirme en troll no es imaginario. Se trata de una cultura basada en la critica que menosprecia a cualquiera que sea diferente. Se trata de
una cultura que ataca sin responsabilidad. Se trata de una cultura donde una joven que pide ayuda por sentirse “fea” recibe mensajes sugiriendo que lo mejor es suicidarse.
Trump se ha convertido un maestro de la nueva cultura. Sus ataques a mexicanos, mujeres, militares, minorías, e incluso a incapacitados son ahora tomados con una naturalidad antes inimaginables. La opinión personal ahora se ha convertido en noticia, el reportero en alguien que solamente opina, y los sentimientos son la base de la realidad educativa.
Los comentarios de Trump merecen el análisis bajo estas estipulación: son de un troll, y todos podemos caer en lo mismo.
(continuara)