La semana pasada se celebró el día del padre, no escribí entonces algo para ellos porque estaban tan ocupados en dejarse apapachar que no habrían tenido oportunidad de echarle un ojo a esto. Así que ahora estoy aquí, recordando algunas obras que han tenido como eje central, un hombre; tal protagonista ha actuado de diversas maneras, los ha habido bonachones, donjuanescos, sicóticos, etcétera, etcétera.
Para empezar, seguramente ustedes recuerdan al mexicano y periodista Luis Spota (1925-1985), autor de más de 30 novelas, tres obras de teatro y más de 20 guiones y argumentos para películas. El hombre y padre de familia de quien quiero hablar es el protagonista de la novela La carcajada del gato (1964), Lázaro.
Para escribir su novela, Spota se inspiró en una nota roja de 1959, que apareció en el periódico local guanajuatense La Prensa. En tal noticia se hacía saber que un hombre llamado Rafael Pérez Hernández mantuvo encerrada a su familia durante unos dieciocho años, para alejarla del mal, lo cual fue considerado delito de secuestro. Tenía seis hijos de nombres Indómita, Libre, Soberano, Triunfador, Bienvivir y Librepensamiento. Dicen que los alimentaba solamente con avena y frijoles, y algunos días con pan, alegando que tal dieta estimulaba el espíritu. Dentro de la finca tenía instalada una empresa de raticida, en donde trabajaba la familia, por supuesto, sin contacto con nadie más. Finalmente, la policía lo detuvo, aunque no se sabe con certeza cómo se dio cuenta del asunto.
Quien haya leído la novela de Spota, notará la semejanza entre su historia y la nota de periódico. Según Lázaro, pretendía un ambiente idóneo, puro y libre para su familia. En esa pequeña comunidad jamás se oponía un perjuicio a un deseo, o una reserva a un impulso biológico, ni una vacilación a un apetito. Ahí habitaban seres libres de ataduras morales y religiosas; en una atmósfera sin relojes, calendarios o espejos. Una familia encerrada y apartada de la sociedad por un doble muro. Obra en cuyo final se consuma un crimen que no tendrá castigo. La novela de Spota fue llevada al cine por Arturo Ripstein, quien filmó en 1972 El castillo de la pureza, y en la que hay algunos cambios, para empezar, de índole moral.
La historia de esta novela seguramente les recuerda también la historia de la película estadounidense The Village (2004), traducida al español como La aldea y El bosque. En esta obra varios hombres, cansados de la vida citadina, insegura y violenta, y secundados por sus mujeres, se encaminan por la utopía del encierro y crean una aldea en la profundidad de los bosques de Filadelfia. Para mantener la separación espacial, se ven obligados a subsistir con sus propios recursos, lo que lleva a un ambiente bucólico, y con sus propios mitos para mantener sujetos a los habitantes.
Macario, el cuento de Bruno Traven, es otro excelente ejemplo de un padre de familia –¡tenía once hijos!–, quien de tan pobre y tan abrumado que se sentía por la carga de su familia, deseaba comerse él solo un pavo entero, sin tener que compartirlo con sus descendientes. Su esposa le ayuda a conseguir tal antojo y él se interna a lo profundo del bosque para degustar tan ansiado manjar. En la historia nos enteramos de sus últimos momentos y de sus ilusiones escondidas.
La obra literaria representativa de México por excelencia, Pedro Páramo, también tiene por eje un hombre, alrededor del cual se mueve el resto de los personajes. La historia habla de su encumbramiento, sus abusos, entre los que se cuentan los asesinatos cometidos por él, las tierras arrebatadas a otros (Toribio Aldrete), la violación de mujeres, y por ende, la cantidad de retoños tenidos por ahí –recordemos su especial adoración por su hijo Miguel–, sus intereses como prioridad y la conveniencia de sus decisiones –como haberse casado con Dolores Preciado–.
Otra obra cuya historia gira alrededor del jefe de familia, es Los hijos de Sánchez (1961), de Oscar Lewis. Aunque se vende y se lee como novela, la editorial la clasifica en la sección de antropología. Jesús Sánchez es el padre de una familia pobre de la ciudad de México, tiene 50 años y cuatro hijos: Manuel, Roberto, Consuelo y Marta. Su casa es de una sola habitación en uno de los barrios más bajos. Por supuesto, podemos imaginarnos la terrible situación que este hombre debe soportar y, seguramente, la tristeza con la que vive; aunque hay que mencionar algunas de sus características: es viudo, mujeriego y dicen que misógino. Efectivamente, también esta novela fue llevada luego a la pantalla grande en 1978, dirigida por Hall Bartlett.
Éstos son algunos ejemplos de obras literarias cuyo protagonista es el padre de familia. Por supuesto que en todas las novelas, cuentos y obras de teatro aparecen hombres con mujer e hijos, pero no necesariamente son el eje en su papel de padre. Incluso algunas, como Pedro Páramo y Macario, los toman como hombres con todos sus aspectos, incluido el ser jefe de familia como uno de tales. Pero, La carcajada del gato es la historia de las decisiones tomadas por un hombre para dirigir a su pequeña tribu, su esposa e hijos. Les sugiero su lectura, son obras fáciles de conseguir y de accesible lectura.