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Se la acabaron en las redes sociales por decir que la devaluación del peso es culpa de China o de la

La dieta del petróleo: si sube el dólar, baja el peso. / Del dicho al lecho hay mucho trecho. / Si sólo sabes manejar el martillo, todos los problemas te parecerán clavos. / Hay dos clases de personas: las que creen que hay dos clases de personas, y las que no lo creen.

ANDREA LEGARRETA

Se la acabaron en las redes sociales por decir que la devaluación del peso es culpa de China o de la manga del muerto, pero no de este gobierno.

¿Pero qué tontería puede decir nadie, que los presstitutes “especializados” no digan, repitan y defiendan todos los días? Ah, pero ellos lo hacen con palabras elegantes, difíciles de entender, apoyados en cifras y gráficas ad hoc, y con el gesto serio que aprendieron a hacer durante su doctorado en alguna centro de indoctrinam… perdón, alguna Ivy League gringa.

Pero de todos modos son tonterías colosales que siempre echan la culpa a otro lado: el clima, China o lo que sea, menos a lo que realmente la tiene: las fallas y los abusos demenciales de la política monetaria, financiera y económica global de los keynesianos a cargo de la torre de control mundial desde hace al menos seis décadas.

Un par de memes alusivos a doña Andrea: “El crudo tendría mejor precio si lo vendiéramos ya cocinado”. Y “La culpa es de Estados Unidos por inventar el dólar.” (Por cierto, esas frases no andan tan despistadas. Si les cambiamos tan solo una palabrita, dirían verdades de a kilo: “El crudo tendría mejor precio si lo vendiéramos ya refinado.” Y “La culpa es de Estados Unidos porabusar del dólar.”)

EINSTEIN Y MARILYN

Ya tenía yo referencias de este asunto. Por ejemplo, el polémico Fernando Vallejo (1942) en su libro “Manualito de imposturología física” pone a Einstein de vuelta y media. En fin, ahora veo que este artículo argentino (“Einstein, el más grande plagiario de la historia”,http://programacontactoconlacreacion.blogspot.com.ar/2012/04/einstein-el-mas-grande-plagiario-de-la.html?m=1) muestra un Einstein que está muy lejos de la imagen de “sabio legendario” que tenemos todos.

Para abrir boca dice: “En el mundo científico, es un secreto a voces que Albert Einstein fue un fraude, y ciertamente existe abundante documentación al respecto.” La descripción es la de un personaje plagiario, mezquino, promiscuo, irrespetuoso, abusivo, mugriento, tramposo, gris funcionario, mediocre investigador, mal estudiante, maltratador de mujeres, adúltero, pésimo padre y marido, oportunista y petulante egocéntrico, al que “no le gustaba bañarse ni rasurarse ni cortarse el pelo, y en consecuencia olía mal, a perro, y le apestaban los pies” (esto último suena a broma, pero el artículo lo dice en serio).

¿Por qué todavía muchos creen que Einstein fue un verdadero genio? Pues, colijo, porque había detrás un Poder interesado en promover esa impostura: “Einstein fue todo un montaje político, mediático y científico.”

Un dato curioso marginal es que el cociente intelectual (IQ) del dizque “genio” Einstein era de 160, y el del dizque “güera boba” Marilyn Monroe, de 164 (me imagino que sí: se precisa más inteligencia para destacar en la alberca de tiburones que es Hollywood, que en la universidad de Princeton).

COMERCIO MARÍTIMO

Este renglón está rematadamente mal en todo el mundo. En estos momentos no hay un solo barco mercante grande en todo el océano atlántico norte, por ejemplo Y es que cada viaje significa para los navieros incurrir en pérdidas.

Por tanto, los barcos, anclados en el mar o amarrados a los muelles, se han convertido en bodegas; ya no sirven para transportar sino para guardar, para almacenar. Curiosamente, el costo de rentarlos para ese fin se ha ido a las nubes. Corre la broma de que hoy es más barato alquilar un Porsche o un Lamborghini nuevecito, que rentar un barco contenedor viejo.

Hay rumores de que los barcos se declararon en esta especie de “huelga” hasta que les paguen en renmimbis chinos y no en dólares gringos, pero éste es sólo ooootro rumor.

Aparte de esa grilla geopolítica, el hecho que debe preocuparnos es qué va a pasar si las materias primas y los artículos manufacturados no van de un lado a otro. Esto es tremendamente inquietante. Un desabasto brutal como nunca ha visto el mundo desde que fue “globalizado”, se cierne sobre todos nosotros.

Y esto no es “teoría conspiranoica”; es simple extrapolación de hechos: si hoy no hay casi nada en ruta, hasta Paul Krugman (que no es ningún Sherlock Holmes) podría deducir que en corto plazo el flujo de salida se verá menguado. De aquí es fácil suponer que en algún futuro cercano los anaqueles de Walmart estarán vacíos o al menos un tanto raquíticos.

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